En un escenario de aprendizaje colaborativo el docente ejerce un rol específico y diferenciado de otras metodologías de aprendizaje. Si bien el rol que desempeña el docente puede presentar distintas características en función del planteamiento del grupo y del objetivo, se considera uno de los elementos clave en un proceso de aprendizaje colaborativo (Puntambekar y Young, 2003 citados por Gros, 2004; Guitert et al., 2002; Urhahne et al., 2009).
De manera general Badia y García (2006), el docente ha de añadir a su rol de orientador y facilitador del aprendizaje, “la necesidad de impulsar y facilitar el desarrollo de habilidades y actitudes que favorezcan este aprendizaje colaborativo: autonomía, capacidad de organización, disciplina y toma de decisiones en grupo”.
Urhahne et al. (2009) argumentan que el rol del docente en grupos colaborativos se describe mediante 5 principios*, los cuales abarcan todo el proceso de instrucción, desde la preparación de la actividad hasta la evaluación del aprendizaje. La Tabla resume estos principios:
Como señalan estos investigadores, el Modelo 5E no conduce al docente hacia la pasividad, sino todo lo contrario: ha de abordar una amplia gama de tareas (Urhahne et al., 2009).
Como se desprende de este modelo, un elemento clave asociado al rol del docente que plantea un trabajo colaborativo es el planteamiento docente, es decir, el diseño de la actividad que se realiza en grupo. Efectivamente, la calidad y cantidad de interacción puede variar significativamente de un curso a otro en función de su diseño (Brindley et al., 2009). Swan (2001) identifica el diseño del curso como un factor crítico para determinar la cantidad, calidad y tipo de interacción (interacción del estudiante con el contenido, docente o compañeros) durante el proceso. En este sentido, Garrison (2006) enfatiza que para poder extraer un beneficio del proceso de aprendizaje colaborativo es necesaria una estructura en el seno de los grupos, poniendo especial atención en la discusión, puesto que ésta es la esencia del modelo colaborativo para aprender y enseñar en la educación superior. De acuerdo con McConnell (2006), el diseño de grupos de e-learning y cursos comunitarios requiere un cambio en la práctica de muchos maestros, enfocándose a facilitar el trabajo en grupo y el desarrollo de una comunidad de estudiantes.
De acuerdo con los elementos señalados por Brindley et al. (2009), McConnell (2006) y Urhahne et al. (2009) las acciones asociadas al rol del docente en línea colaborativo son las siguientes:
- Ayuda a organizar el grupo.
- Tiene buenas habilidades para el de desarrollo del grupo y buenas habilidades para facilitar e intervenir.
- Consulta con los alumnos y se asegura su participación en el diseño de aprendizaje.
- Guía a los estudiantes, responde preguntas y clarifica dudas.
- Es proveedor de recursos.
- Es un “experto” cuestionador, ayudando a los estudiantes a abordar las cuestiones importantes y las cuestiones relativas a su grupo de trabajo.
- Es un diseñador de experiencias de aprendizaje (no sólo de contenido).
- Anima a los estudiantes a colaborar y participar.
- Evidencia el uso de las herramientas.
- Entiende cómo abordar el aprendizaje/discusiones asincrónicos y sincrónicos.
- Reflexiona críticamente sobre su propia práctica, es capaz y está dispuesto a cambiar su práctica sobre la base de la reflexión.
- Puede ver el potencial de aprendizaje de un cierto volumen de “caos” en el proceso de aprendizaje.
- Rara vez adopta el rol de aleccionar.
- Cuenta con una “accesible” presencia en línea.
- Es capaz de comunicarse de manera efectiva a través de texto – tienen una verdadera “presencia” en línea.
- Apoya las formas colaborativas de evaluación, tales como la autoevaluación y la evaluación entre iguales.
Atendiendo al rol que desempeña el docente en un entorno de aprendizaje colaborativo, es importante reconocer el tiempo añadido y las habilidades especiales requeridas para garantizar la eficacia de este tipo de experiencias (Brindley et al., 2009). No obstante, Kearsley (n.d., citado por Brindley et al., 2009) señala que la mayoría de las personas disponen de poca formación en cómo interactuar o trabajar exitosamente con otros y que el medio social en el cual se desarrollan las actividades en línea es muy diferente a las interacciones presenciales, por lo que requiere nuevas habilidades y comportamientos.